La última del 2023 en el arte callejero y nos vamos…

Por Marián Solís Domínguez

“Una limosna para ese pobre viejo

Una limosna para ese pobre viejo

Denle su tostón, denle su tostón

¡Ay! Para su camión, para su camión, sí señor”

En la última jornada del año, con un bello atardecer típico de la hermosa ciudad de Xalapa Veracruz, en el parque Juárez, se logró capturar un vibrante espíritu de los artistas callejeros que animan sus senderos. A pesar de que el 31 de diciembre la mayoría lo toma como un día de descanso, el parque vestía con una serenidad particular, sin embargo a la vez había muchas personas. La esencia creativa de artistas emergía como un regalo inesperado en el último día del año.

El parque Juárez desplegó su abanico de emociones y expectativas. Se visitó una de las partes que conforman el corazón de la ciudad. El ansia de experimentar la atmósfera única que envuelve al Parque Juárez en la última tarde del año 2023, era muy emocionante. 

Con el sol arrojando sus últimos destellos sobre la explanada del parque, y un aire cargado de anticipación y reflexión, nos sumergimos en la mezcla de naturaleza, cultura y tradición que caracteriza a este oasis urbano. A medida que las sombras danzaban entre los árboles centenarios y las risas resonaban en el viento fresco. 

Fue muy cautivador ver la promesa de despedir el año bajo la sombra de la naturaleza y la luz de la comunidad que converge en este rincón especial.

Los primeros compases musicales guiaron hacia una cantante apasionada, cuya voz resonaba entre los grandes árboles que acogen a cada uno de los individuos. Con su micrófono en mano, estaba inmersa en su propia melodía, ofreciendo un eco de sonidos que, aunque contrastaba con la calma del día, encajaba perfectamente en el espíritu ecléctico del parque. 

Su actuación, acompañada por un atardecer que teñía el cielo con tonos cálidos, se convirtió en el preludio perfecto para una tarde llena de expresiones artísticas. Alrededor de ella se acercaban diferentes personas a grabarla, a lo que ella simplemente asentaba con la cabeza y mostraba una sonrisa de oreja a oreja al público. 

Siguiendo el camino, a lo lejos se lograba ver a un Spiderman urbano que desafiaba la gravedad en un rincón del parque. Sus acrobacias, dignas de un superhéroe de cómic, encantaban a los niños y adultos por igual. Se capturó el momento en que Spiderman hizo una pose audaz, y su sonrisa detrás de la máscara mostraba el placer de llevar el arte a las calles, incluso en el último día del año.

Había personas pasando de un lado al otro, algunas se detenían y mostraban atención a lo que este superhéroe hacía. Otros pasaban de él sin tomarle importancia alguna. Como este personaje, habían otros que sin duda hicieron que el último día del año fuera memorable. 

Al fondo de este parque, delante de las famosas letras que forman el nombre de nuestra ciudad de las flores, la sección de patinaje no estaba exenta de acción. Un grupo de chicos, con tablas de patineta bajo los pies, desafiaban la gravedad y realizaban trucos con destreza impresionante.

La atmósfera era de camaradería y competencia amigable, y las ruedas sobre el pavimento creaban una banda sonora peculiar que se entrelazaba con los acordes de la cantante que estaba a unos cuantos metros de distancia. Todo entre risas y hasta en cierto punto de reto, para ver quién era mejor que quién. 

Cada vez se hacía más tarde y los cantos de las aves se hacían presentes. A lo lejos se comenzó a escuchar el famoso canto del viejo. Esta tradición tan icónica del estado de Veracruz. La unión de arte urbano y tradición en su máximo potencial.  El pobre viejo no venía solo, estaba acompañado de un grupo de músicos junto con un par de chica animando y en ula-ulá al ritmo de la canción.

El 2023, fue un año de reflexión. Se vio la belleza de instantes capturados, que en ocasiones no les damos tanta importancia. Se confirmó que la creatividad no conoce límites temporales. Los artistas urbanos dejaron una huella especial en el último día del año, transformando el parque en un escenario inolvidable que celebraba la expresión libre y el arte que florece en cada rincón de la ciudad.

El parque Juárez se convirtió en el testigo de un año que desafió, inspiró y, a través de la magia efímera de artistas callejeros, celebró la resiliencia humana en la expresión artística compartida, marcando el cierre de un capítulo memorable.

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