Así se vivió la tan esperada obra ¡Ay calavera Catrina! 360°

 Por Marián Solís Domínguez


La gente formada para poder apreciar el espectáculo. Llegaban cada vez más y más personas, preguntando si todavía quedaban más boletos, cuando la función ya estaba sold out.

En la entrada, muy acorde a la temporada, dos catrinas con sus respectivos vestuarios y grandes sombreros recibían a los asistentes. En la puerta principal, un gran arco que rodeaba el contorno de esta misma. Diferentes adornos con flor de cempasúchil. 

Al entrar a la escuela, se podía apreciar el escenario en donde se realizaría la obra de teatro. Todo el contorno adornado con bellas flores de cempasúchil hechas a mano con papel de china. Para darle una mayor calidez al ambiente, lucían hermosamente luces alrededor de toda la explanada. 

Con el simple hecho de entrar se impregnaba un olor en tu nariz a la comida. Sabiendo así, que estabas en un lugar en donde se hacía presente que el día de muertos cada vez estaba más cerca. Había ricos tamales, pambazos, diversas bebidas y para quitar el frío que ha hecho en estos días, un rico atole de piña. 

Al fondo nos esperaba una tarima, en la cual estaban todos los músicos que nos acompañarían con música en vivo a lo largo de todo el show. Varios instrumentos eran los que estarían en las melodías que formaban parte de la obra. Batería, guitarra, palo de lluvia, bajo, violines, acordeones y muchos otros. 

En punto de las 8:15, las luces toman un color naranja. Comienza a sonar la primera canción por parte del ensamble folklórico de Veracruz. Así mismo se dieron las dos primeras llamadas. Llegamos a la tercera, y ahora sí, que comience ¡Ay calavera Catrina! 360°. 

Todo comienza con una danza prehispánica, cada uno de los miembros del ballet folklórico de Veracruz se veían imponentes y llenos de poder. Después de las primeras danzas, por fin entra el tan esperado personaje. La mirada del público era de sorpresa y a la vez entusiasmo. Se veía prometedor el inicio tan fuerte que tuvo la función.

Como primera aparición, está Mictlantecutlih, Dios de la muerte. Aparece en sus huesos, portando un penacho en tonos verdes y realmente bello. Comienza con un contexto que se remonta a los años de la conquista española. Empiezan los chistes y esa parte cómica de la obra. El público soltaba las primeras risas. 

Pero fue el mundo de la política el momento que, sin duda, fue el que más llenó de risas esta función. De tal manera que el personaje principal en esta parte fue “Claudia Shh”. 

En donde ella le hace saber al dios Mictlantecutlih que ahora pasó a tener el famoso nombre de Catrina. Se puso al corriente. La Catrina se dio cuenta de todo lo que ha pasado desde la conquista española hasta nuestros tiempos. Se hiló todo esto con chistes de doble sentido, que al parecer son los que más risas provocan a la audiencia. 

Aunque suena raro, se logró hilar completamente la historia de “Claudia Shh” con la famosa canción “Llorona”. La Catrina por fin logró cumplir su sueño de tener sus quince años, acompañada de Claudia se va por un breve momento para así irse a cambiar de una manera veloz. 

Regresa la catrina. Saca los pasos prohibidos. Acompañada de la música en vivo, bailando cumbia, nos recibe por fin, la Catrina. De manera más directa se interactuó con la audiencia.  Provocó aún más risas. Sale de escena. Entra una novia con un vestido largo y blanco. Se hinca y comienza a decir “acepto, acepto” cuando lamentablemente en el público, se dan cuenta que la novia ya no se encuentra con vida. Por esto mismo aparece la Catrina. 

Nos da una lección de vida y siendo este el momento más sentimental de la obra. Tenemos que hacer las cosas en el momento y no posponerlas. Darnos nuestro tiempo y valorar como nada la fortuna que es tener vida y compartirla con quienes más amamos. 

Después de este giro sensible e inesperado, llegamos a la parte casi final. Llegando la Catrina nuevamente al escenario. Pide al público invocar a un nuevo personaje. A la cuenta de tres todo mundo empezó a decir la palabra “chaneque”. A lo lejos a través del humo, se nota a una calavera. 

Por fin se despeja el humo y se logra ver al personaje. Las carcajadas del público se hacen presentes. Era un chaneque de aproximadamente 1.80 m de altura, esto lo que provocó tanta risa, complementándolo con chistes por parte de la Catrina. El personaje, llamado Antelmo, era un emprendedor y vendedor de gelatinas. Ofreciéndole a todo el mundo una de sus ricas gelatinas. 

A la catrina no le hace mucha gracia que le estén robando el show. Por lo que lo reta a un concurso de baile. En donde tenían que instruir a dos personas del público. El público se divide y al final solo hay un ganador. El final se acerca y Antelmo llama a toda su familia. 

Los bailarines salen a bailar la última canción y tristemente, la obra llega a su fin. Dando los respectivos agradecimientos a los integrantes del ballet folklórico de Veracruz, Ensamble folklórico de Veracruz, a los actores, etc. Quién se llevó la ola de aplausos por completo fue la Catrina. Ismael Portilla se comió por completo el show con su actuación y carisma.

Esta temporada no solo hay que verla por el lado triste. Dentro de todo siempre vamos a encontrar maneras de disfrutar la vida y sobre todo de aprovechar cada uno de los momentos y experiencias que se nos presentan.


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